Caracol Rosado en Cozumel



El abuso en el consumo de esta especie amenaza con desaparecerlo


Por Víctor Manuel Hernández Luna


“Antiguamente era muy fácil hallar el caracol para el ceviche. Era cosa nomás de acercarse a la costa y alcanzarlos, sacarlos de su concha, abrirlo, aporrearlo y prepararlo”.

De esta manera muchos lugareños han dejado testimonio de la existencia del caracol rosado en Isla Cozumel, donde, cabe mencionar, es un platillo muy común y demandado por la población y visitantes conocedores de este manjar.

Sin embargo, la presencia de esta especie, el Strombus gigas, se ha visto amenazada precisamente por su consumo, tanto en la cocina como en la elaboración de artesanías ofrecidas en venta al turismo.

Un estudio del INAPESCA, realizado en el 2005 señala la década de 1950 como una de las más evidentes en el autoconsumo del caracol rosado, explotación no comercial que no tuvo tanto impacto en la reproducción de la especie.

Fue hasta la década de 1970, cuando se tiene un mayor registro de arribo de turistas, el tiempo en que empezó su explotación descontrolada, particularmente por su demanda junto con la langosta, cuyo sabor es único y muy buscado por los visitantes y lugareños.

El caracol rosado, con una longitud de entre 20 y 25 centímetros, se encuentra principalmente en Cozumel y Banco Chinchorro. A nivel mundial se conocen 72 especies de caracol de la familia Strombidae, todos diversos en su tamaño, entre los que destacan el Strombus mutabilis de 2.6 centímetros y el gigante Strombus goliath que llega a los 37.5 centímetros y es conocido como el caracol gigante de Brasil.

Su ciclo reproductivo inicia a los tres años y medio de edad, formando parejas que inician en los meses cálidos esta fase de su vida. Las hembras tienen una especie de tubo con entre 300 mil y 600 mil huevecillos que pueden depositar hasta dos o tres veces. Al paso de cinco días los huevos eclosionan, dando paso al véliger o larva de una longitud de 200 micras.

El caracol en etapa juvenil llega en un periodo de 30 días. Estos se asientan en el fondo y llegan a medir hasta dos milímetros de largo. En ambas etapas se corre el peligro de ser

devorados por otras especies depredadoras. Es hasta los tres años cuando dan los primeros indicios de madurez, y cuando son más buscados para su consumo y explotación. La carne para algunos platillo y la concha utilizada en la creación de cal y porcelana, por estar compuesta de carbonato de calcio.

En el 2011, INAPESCA emitió un estudio que determinó en gran parte el estatus de esta especie regulada por la NOM-013-PESC-1994, estableciendo lo siguiente:

“El caracol rosado Strombus gigas, fue uno de los principales recursos pesqueros de Quintana Roo. Su vulnerabilidad ante la pesca comercial y la pérdida de la calidad del hábitat en la zona costera, han producido una importante disminución de su población. La pesquería, alcanzó su fase de desarrollo en los años setentas y principios de los ochentas con poco más de 300 toneladas de pulpa de caracol capturadas a lo largo de la costa oriental de la entidad y en bancos de arena próximos a las islas. Al final de ésta década, entra en descenso la población y a partir de 1990, solo se ha autorizado la captura en los bancos de pesca de Cozumel y Banco Chinchorro. La pesquería de caracol rosado actualmente está considerada en status de deterioro (Carta Nacional Pesquera, 2010).”

En efecto, la sobre explotación del caracol rosado trajo la posibilidad de extinguirse al iniciar una pesca descontrolada y que obligó a buscar mecanismos y leyes que prohibieran y castigaran su extracción de manera ilegal, hecho que llevó a declarar en veda total hasta el 2012.

Y es que aun cuando se han otorgado permisos para poder la explotación del caracol, la realidad es que algunas cooperativas como la Cooperativa Pesquera Cozumel, han entablado una autoveda para esperar la recuperación de esta especie marina.

No obstante estos esfuerzos, la pesca furtiva, muy común en la isla, han impedido en parte el crecimiento y recuperación del caracol, particularmente por la cantidad y tamaños de los ejemplares extraídos y que han sido detenidos por las autoridades, ya que en muchos casos, ante la ausencia de organismos o representaciones como CONAPESCA, dan pie a la extracción ilegal.

Por otra parte, la demanda del producto obliga a pescadores furtivos a buscar en aguas del norte de la isla, donde se dice están algunos de los 35 puntos de conservación y desarrollo del caracol rosados alrededor de la isla.

En el 2009, cuando se propuso el plan de extracción de arena para la recuperación de playas de Cancún y Playa del Carmen, sin que se haya considerado Cozumel, se impactó una gran área del conocido banco de arena norte, donde se ha visto ubicado uno de los hábitats de esta especie, y que sin embargo fue explotado.

Desde 1976 se inició el control de la extracción del caracol, demandado continuamente y en alto crecimiento, dejando en 1994 la creación de la actual Norma Oficial Mexicana (NOM-013-PESC-1994), que dio pie a la veda de esta especie.

Aun cuando se han dado fuertes impactos a las zonas donde habita el caracol rosado, e incluso se continúa extrayendo de manera ilegal, dentro de las áreas naturales protegidas por la CONANP, según lo comentado a FusiónQ por Cristopher González Baca, director del Parque Nacional Arrecifes de Cozumel, se ha notado una recuperación importante de la especie.

Esto por ser una zona con mayor vigilancia, donde a pesar de esta situación, se da una extracción furtiva, aunque en menor medida.

“La captura del caracol seguirá mientras la población y el turismo lo demanden, y así se den periodos de veda de tres o cinco años, en tanto se siga consumiendo, tanto su carne como su concha para artesanías, se tendrá en riesgo su existencia”, acotó.

A la fecha, existen dos cooperativas pesqueras con posibilidad de solicitar permisos, cuatro libres y un sinnúmero de ilegales.

Publicado en FusiónQ, noviembre del 2015.

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