De formalidad e informalidad



Expresso


Por: Víctor Hernández Luna




Cozumel cuenta con tres mil 250 cuartos de 20 hoteles afiliados a la Asociación de Hoteles de Cozumel (AHC). A estos se suman otros mil cuartos aproximadamente de hoteles pequeños en el centro y alrededores de la ciudad, no afiliados a la organización;  también, podría haber cerca de tres mil cuartos en condominios y villas – según datos aportados por la presidenta de la AHC, Beatriz Tinajero Tarriba – que sin pagar impuestos y contribuir a la promoción del destino, representan una competencia desleal para el sector establecido.


La ínsula caribeña ha mantenido un promedio de ocupación de 72 puntos porcentuales en su temporada alta de 2014; 10 por ciento más que en 2013. Incluso, supera el promedio de los últimos tres, quizá cuatro años o más.


Después de 2005, esta ha sido su mejor época en una recuperación económica que en el ámbito mundial, ha sido lenta.


La situación hotelera de la Isla de Cozumel se encuentra, como quien dice, en uno de sus mejores momentos; motivo elemental para impulsar los esfuerzos de promoción turística, primordialmente los realizados por el sector empresarial ligado al destino. Ya no tanto a los establecimientos en sí.


Este año se plantea la conclusión de un hotel de 152 habitaciones con una inversión de 30 millones de dólares: el Westin Cozumel. A este nuevo centro de hospedaje se sumará el Sheraton para el 2015. Un importante momento, después de siete años de no contar con inversión hotelera, tomando en cuenta que el último fue el hotel Aura, en el sector sur.


Sin duda esta bonanza será de aliento para el sector en la isla, donde la dependencia de los cruceros ha llegado al límite de no poder prescindir de ellos y de buscar una convivencia y equilibrio entre el turismo del mar y el de pernocta.


La problemática de la hotelería, como se mencionó en el principio, tiene de base a los hoteles informales o de renta; sin embargo, no existe un órgano para establecer las pérdidas económicas en este segmento.


No obstante, la competencia “desleal” tiene un amplio significado positivo para los cozumeleños que encuentran, en esta informalidad de departamentos y condominios en renta, una opción para ganar un salario, más propinas.


El equilibrio está lejos de ser posible, como consecuencia a la falta de regulación para empezar y conocer la cantidad exacta de estos departamentos y condominios y, quizá, poner orden en un destino que desde 1928, con el Hotel Luz, daba sus primeros pasos a lo que durante las décadas de los 50’s y 60’s, fue el inicio de un turismo próspero.

Nada más simple – dicen algunos – que crear una ley para reglamentar la renta fuera del sector hotelero. Un ideal para conocer de verdad el número de visitantes  de Cozumel, cuya vocación turística puede ser mejor al retomar sus raíces.

Publicado originalmente en la revista FusiónQ del mes de julio.






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