Expresso
Por Víctor Hernández
Isla Cozumel cuenta con el Gran
Arrecife Maya, perteneciente al sistema arrecifal mesoamericano. En este
ecosistema, miles de especies habían convivido de manera armónica hasta la
llegada del hombre con actividades acuáticas y de especies invasoras como el
Pez León.
Actualmente existen algunas
campañas de protección a las especies marinas, concretamente las coordinadas
entre el Ayuntamiento de Cozumel y el Parque Nacional Arrecifes de Cozumel (PNAC),
para concientizar a la población y visitantes para evitar tocar y extraer
estrellas de mar de la zona conocida como “El Cielo”.
De manera oficial, la protección
de los arrecifes coralinos con sus distintas variedades de corales, están
protegidos bajo la NOM-059-SEMARNAT-2010, y particularmente dentro del Área
Natural Protegida en el Parque Nacional Arrecifes de Cozumel.
El riesgo es latente con una
sobre explotación del buceo en una zona delicada donde se han detectado algunas
malas prácticas. Y es que la capacidad de carga, según un estudio realizado por
la Universidad de Quintana Roo en 2009, era de mil 400 buzos por día, cuando a
la fecha se tienen cerca de 2 mil 500 buzos por día.
Es un hecho que las malas
prácticas se realizan en esta zona. Tan sólo en los primeros meses del año se
habían expulsado al menos tres prestadores de servicios turísticos por violaciones a la reglamentación de buceo
dentro del parque nacional.
Entre estas malas prácticas se
encuentran el levantamiento de sedimentos, la alimentación de de las especies
marinas, la interacción con las especies y el impacto directo.
De acuerdo a Cristopher González
Baca, director del PNAC, el llevar a cabo estas malas prácticas conlleva un
daño irreparable en el ecosistema, considerando la obstrucción de luz y alimento
que representan los sedimentos a los corales, siguiendo con la reacción de la
fauna al ser alimentados por humanos a quienes identificarán en lo futuro como
fuente de alimento.
Ocurre lo mismo en la interacción
con las especies marinas y en el peor de los daños, el impacto directo hacía
los corales cuya formación se da a través de muchos años .
Sin embargo también existe
acciones a favor de la protección del arrecife como el caso del combate a una
especie invasora: el “Pez León”, cuya ausencia de depredador natural ha estado
causando estragos en la zona de los arrecifes.
No obstante el daño causado por
la especie invasora, ha dejado también la apertura de un mercado de consumo de
especies exóticas como esta cuya carne es rica en aceites naturales benéficos
para el organismos y con un sabor exquisito.
Salvo las espinas por contener
una toxina, el “Pez León” ha sido aprovechado por cooperativas pesqueras,
contrubuyendo a su control y generando ganancias y un atractivo más dentro del
turismo gastronómico.
En resumen, las acciones
preventivas son necesarias junto a las de conservación. Y serán posibles a la
medida que la misma población y principalmente los prestadores de servicios
turísticos tomen conciencia del respeto al medio ambiente y a un ecosistema tan
endeble como el marino.
Será a medida de lo posible, que
a través de la vigilancia y la denuncia de las malas prácticas, se pueda
conservar este entorno, del que por cierto, depende el turismo como principal
actividad económica de Cozumel y de donde dependen poco más de 90 mil
habitantes.
Artículo publicado en la revista FusiónQ del mes de septiembre.
Artículo publicado en la revista FusiónQ del mes de septiembre.
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