Por Víctor Hernández Luna
Cozumel
es una comunidad pequeña. Sin duda lo que pase fuera de lo normal es
algo que debe considerarse y tomado en cuenta para voltear nuevamente a
las problemáticas añejas.
En materia de seguridad existe
inconformidad entre la población, principalmente manifestada en las
redes sociales porque en muchos casos ya no se cree en las instituciones
donde los trámites engorrosos las malas caras y la atención indiferente
y ajena a la problemática social son el pan de cada día.
Quien
diga que en Cozumel no hay problemáticas debe vivir una realidad
alterna. Es verdad que no existe un índice delictivo como el de otras
ciudades en otros municipios del Estado, pero es cierto que
proporcionalmente el índice delictivo al número de población es de
atenderse.
La misma regidora de la comisión de seguridad en el
Ayuntamiento local, Margarita Vázquez Barrios, presidenta de la comisión de seguridad, afirmó que existe
inseguridad en la isla y se sabe por las redes sociales que, sin ser un
termómetro que arroje un resultado real, sí es un llamado de atención
para dar un giro a la prevención.
Es aquí donde todos entramos
con la denuncia. Sí se denuncia se tiene la probabilidad de ser atendido
el caso. Sin denuncia los delitos siguen impunes.
No obstante la
inseguridad no es un factor determinante para las problemáticas
actuales en las que se han manifestado una descomposición social o quizá
sus primeros signos.
En la última decena del mes de septiembre
del 2014 se tuvo el homicidio de una mujer, madre de familia de dos pequeños, un
niño de seis y una niña de nueve años quienes fueron testigos de la
muerte de su progenitora en manos de su padre y que después se supo,
estaban incluidos en el plan del homicida.
Apenas tres días
después se dio un caso similar, afortunadamente sin un trágico final,
pero con las características en el uso de un arma blanca.
Esto es
un llamado de atención no sólo para las autoridades y las instituciones
que velan por erradicar la violencia intrafamiliar. Esto no se trata
únicamente de un descuido institucional porque es evidente se trata de
un problema social en el que la única solución probable es a través de
la colaboración de todos para en unos años concretar el objetivo de
prevenir estos casos.
Convivir en sociedad es también atender las
problemáticas sociales que por decisión de cada persona involucra a
todos. Se trata de velar por el bienestar de todos, más en una isla
donde la cercanía entre la gente es estrecha y donde los casos de
alcoholismo afectan a la mayoría y donde la violencia intrafamiliar en
todas sus modalidades (física, psicológica, social, laboral, económica), son el pan
de cada día.
Es de reconocer que el DIF hace un buen trabajo,
otras instituciones como el Centro de Integración Juvenil hacen lo
propio, y así muchas más. Pero a estos lugares se llega en su mayoría
por voluntad y acuerdo de familiares, por tanto es responsabilidad de la
misma sociedad el coadyuvar a la atención de los primeros síntomas de
una problemática y cuando ya están en avance el atenderlos.
De
esta manera y con la participación de todos, se puede mantener en menor número las situaciones de inseguridad y las de violencia como los
casos en los que el alcoholismo, en ambos hechos comentados, fue el
factor predominante.
Sólo y de esta forma, se llegará a una
madurez social de un municipio que tiene el potencial para seguir
creciendo en materia turística, donde por ende se puede lograr la mejora
de la calidad de vida en cada familia.
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E-mail: denuncia@noticozumel.com
Publicado originalmente en Revista FusiónQ en el 2014
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