Por Víctor Hernández Luna
Villas Xixin
El
proyecto que se dice ecoturístico (por eso de se desconoce en general la
realidad), Villas Xixin fue aprobado por la SEMARNAT para llevarse a
cabo, la primera paleada o la primera piedra, o el inicio de la
devastación, en un lapso no mayor a dos años.
Este ambicioso
proyecto maquinado para construir en la zona sur de la isla, en un área
natural protegida, cercana a la Laguna de Colombia, rodeado de manglar –
todo esto protegido por leyes federales – y que en la MIA
(Manifestación de Impacto Ambiental), se plasma a Francisco Florencio
Kyle Ávila, como “propietario del predio El Río, tal como se establece
en el Título de Propiedad Número 56,545, Expediente 37780, de fecha 11
de julio de 1988, emitido por la Secretaría de la Reforma Agraria e
inscrito en el Registro Público de la Propiedad y del Comercio de
Chetumal, Q. Roo, el 9 de mayo de 1996”, está palomeado.
Según
el delegado de la SEMARNAT en el Estado, Raúl González Castilla, el
proyecto fue aprobado en un área natural protegida, donde se supone no
podría construirse nada, gracias al POEL (Programa de Ordenamiento
Ecológico Local), que según permite la construcción de proyectos,
siempre y cuando estos sean totalmente compatibles con el medio
ambiente, otorgó la autorización.
La postura del único
grupo ambientalista local – hay que decirlo -, es en contra, y esto
porque la construcción de este desarrollo presuntamente ecoturístico,
afectará a la zona de manglares, a la porción que le corresponde a la
Laguna de Colombia, el área de arrecifes y el sitio conocido como El
Cielo.
Guadalupe Álvarez Chulim, presidenta de esta
organización ambientalista, ha manifestado que esta es una obra más para
devastar lo poco que le queda a la isla, especialmente en el caso de la
selva virgen que incluye el área a afectar.
Al llevar a
cabo este proyecto que según el delegado de SEMARNAT, fue recortado a la
mitad, pero que en la autorización firmada por su puño y letra señala
18 villas en planta baja y 28 villas distribuidas en 14 módulos dúplex,
dos restaurantes, plaza de eventos, recepción con oficina, spa, tienda
de buceo, albercas, bar, faros, una villa de avistamiento,
estacionamiento, área de servicios, andadores y áreas de conservación,
son las mismas que se plantean en la MIA.
Todo esto es
nada más el principio, porque además se debe tomar en cuenta que al
realizar el proyecto se debe abrir un camino de acceso, para incluir en
ello el paso de vehículos pesados, maquinaria, personal que estará
contaminando con sus propios desechos dentro de la selva, el trabajo
diario y todavía sumado a esto la reducción de espacios para la fauna y
flora.
Pero como dicen ya fue autorizada por la instancia
correspondiente, asegurando todo estará bien y no habrá problema, todo
tranquilo, nada oscuro en esto, pues lo llevarán a cabo.
Sin
embargo y es de verdad importante señalarlo: los cozumeleños, o sea
todos los que aquí vivimos, sabemos de la importancia de proteger el
ecosistema, de lo frágil que es, demostrado con los huracanes que la han
azotado.
Entonces, por qué pretender decir la cantaleta
de que este desarrollo no tendrá un impacto si es evidente, y dicho por
los mismos que ahorita autorizan: “el mínimo de contaminación causa un
fuerte efecto en el medio ambiente”. ¿Por qué pensar en que nadie dirá
nada?
Y quiero aclarar que esto no significa estar en
contra del desarrollo de la industria turística, porque siempre me he
manifestado a favor de la diversidad y la necesidad de contar con otras
opciones para los visitantes, fortaleciendo así la capacidad hotelera,
sin embargo el crear en una zona donde se dice se protege, eso sí es
intolerante, y más cuando se desconoce mucho del proyecto.
Esto,
desafortunadamente, como dicen en el argot, ya está planchado, y sólo
resta ver si el alcalde Fredy Marrufo Martín, se echa el tirito de
aprobar la licencia de construcción de la Villas Xixin, de lo que a
todas luces es una devastación. ¡Uh que la …!
Jalón de orejas o el simple discurso de la oquedad
Hace
poco más de dos semanas el subprocurador de justicia del Estado, Miguel
Álvarez Escalera, visitó Cozumel. En entrevista con medios, dijo llegar
a revisar como estaba la situación de la agencia décima del Ministerio
Público, ya que existe rezago y no se ve avance alguno de los casos ya
muy conocidos.
Durante una entrevista se le cuestionó si
al fin podrían ofrecer resultados sobre delitos como el robo de
motocicletas, que va en incremento y sólo se recuperan algunos de estos
vehículos, enteros o en partes, tal y como lo hemos comentado en este
mismo espacio.
Su respuesta fue contundente, o al menos
así lo hizo ver, porque aseguró se estaría trabajando en la detención de
los responsables de estos robos, porque así lo demanda la ciudadanía.
Sin embargo a la fecha no ha habido avance alguno y sí han continuado
los atracos.
Gracias por el discurso, pero ahora falta llevarlo a la realidad.
Convenio sin resultados
El
año pasado, allá por el mes de junio, se firmó un convenio entre cinco
sindicatos relacionados a la industria de la construcción, el Colegio de
Arquitectos e Ingenieros de Cozumel, e incluso el Ayuntamiento de
Cozumel, acuerdo en el que se establecía un tabulador para los pagos a
los trabajadores – albañiles -, quienes recibirían preferencia de las
constructoras para contratar a locales.
Bien, pues este
convenio que tanto se anunció y se dijo ser respetado no ha funcionado,
porque como era previsto, cada quien jaló por su lado, y las empresas,
obvio, acorde a sus intereses económicos y ante la falta de trabajo
ofrecen sueldos bajos a quienes requieren de un trabajo remunerado.
Pero
la culpa no es sólo de los constructores, que no todos se eximen de
esta irresponsabilidad, sino también de algunos líderes sindicales que
por la clásica mordida y otros bisnes, aceptan cualquier cosa para sus
agremiados, a quienes por cierto, sólo les resta aceptar si quieren
recibir un dinerito para subsistir. Caracho.
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Publicado originalmente en El Semanario de Cozumel el día 28 de marzo del 2015
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