Corales, entre el azul y buenas noches



Múltiples factores de afectación y soluciones para su conservación


Por Víctor Manuel Hernández Luna


Se trata de un polígono de once mil 987 hectáreas, por 87 y 50 hectáreas, donde se localiza el Parque Nacional Arrecifes de Cozumel (PNAC), creado por decreto presidencial el 19 de julio de 1996, y cuyo hábitat, tanto por su riqueza en fauna y flora marina, son el resultado de la iniciativa para proteger todas las especies, en particular las de coral, una larga zona de arrecifes coralinos integrantes del “Gran Cinturón de Arrecifes del Atlántico Occidental”, también conocido como el “Arrecife Mesoamericano”.

Hace poco más de diez años, en julio y octubre de 2005, dos huracanes, “Emily” y “Wilma”, respectivamente, ocasionaron graves daños en las principales estructuras del gran arrecife coralino, mermando con ello la población de las distintas especies y subespecies, aunado al impacto del turismo, cuya sobre explotación ha generado de igual manera un deterioro de la zona.

La problemática, señala el doctor Luis Gerardo Hernández Moreno, titular del Laboratorio de Sistemas Arrecifales, dentro del Departamento Académico de Biología Marina de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, se centra en el impacto de estos dos fenómenos meteorológicos, el calentamiento global (generadores de efectos adversos, estresantes), y las actividades humanas ante la sobre carga de buzos en los principales arrecifes.

A esto se suma la gran cantidad de desechos y aguas residuales, que van (incluso sin tratamiento), directamente al mar, arrastrados en la temporada de lluvias, más la pesca furtiva e ilegal, que se sabe existe, agrega el investigador.

La zona

Nacientes en la Península de Yucatán, área geográfica compuesta en su mayoría de material cárstico, los arrecifes, son el hábitat perfecto para el crecimiento de los corales, en su mayor parte por corales escleractinios y especies del hidrocoral Millepora, Macroalgas y algas filamentosas, esponjas, entre otras.

Entre los corales más comunes se encuentran el cuerno de alce, coral mostaza de colina, coral de dedo, coral lechuga delgada, coral lechuga, coral bola de golf, coral cerebro, coral cerebro simétrico, coral de estrella, gran coral estrella, coral estrella de diez rayos, coral del pilar, en lo concerniente a los hexacorales.

De los hidrocorales, se ubica al coral de fuego laminado, coral de fuego ramificado, coral rosa; de los octocorales, látigo de mar, abanico de mar y barra de mar.

En este mismo mundo arrecifal se pueden hallar diversas especies y subespecies de algas, esponjas, invertebrados y peces, cuya presencia enriquece y encadena un ciclo de vida único y multicolor en el fondo del mar.

Estado y problemática

La presencia de corales dentro del ecosistema marino, ofrece a la fauna y flora una serie de servicios, que van desde la producción de alimento, la protección de las costas por su amplia y fuerte barrera donde se posan y contribuyen a reforzarla, además de la captación de carbono mediante el carbonato de calcio, formando así los esqueletos de cada coral, explica Blanca Alicia Quiroga García, del departamento biológico y vinculación académica de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), en Cozumel.

De esta forma, al adquirir el carbono de la atmósfera, los arrecifes con sus colonias de coral, contribuyen con otro servicio escosistémico, reduciendo la contaminación por carbono del medio ambiente y con ello los efectos del calentamiento global, aunque provocando un impacto directo, por la contaminación ambiental, hacía los organismos que los integran.

Ante todos estos factores, Luis Gerardo Hernández Moreno señala que “de acuerdo con las evaluaciones que hemos realizado con las autoridades del Parque, se puede afirmar que los arrecifes están en recuperación, si se toma como referente el daño causado por los huracanes Emily y Wilma en el 2005”.

“Uno de los indicadores empleados para esta afirmación – continúa el investigador -, es mediante los censos de la cobertura coralina que la CONANP ha solicitado a través de proyectos de monitoreo biológico. Actualmente la cobertura coralina nos indica un 21% de coral, lo que representa un incremento en los últimos diez años, porcentaje registrado antes del paso de ambos fenómenos naturales”.

La información indica los valores mayores, particularmente al tratarse de estructuras heterogéneas vistas en las zonas más lejanas de la costa en todo lo largo del parque.

Entre las enfermedades o afectaciones (estresantes y causadas por efectos naturales y humanos) para los corales, se manifiesta el blanqueamiento o susceptibilidad a enfermedades como puntos negros, manchas blancas, manchas rojas, entre otras.

Los datos, centrados en el PNAC cuya extensión abarca desde la actual Marina Cozumel, hasta Punta Chiqueros en la costa oriental, mantiene una importante concentración de organismos, preferidos por los visitantes por su belleza, 30 sitios, de los que al menos 15 son de los más visitados.

Cristopher González Baca, director del parque y representante de la CONANP en la isla, comentó a FusiónQ en el mes de septiembre del 2014 (ver artículo “Lanzan S.O.S. bajo el mar), que la capacidad de carga del parque, según estudio de 2009, es de mil 200 buzos al día.

A la fecha, y en espera de los resultados del estudio actualizado en el 2015, se mantiene una frecuencia de carga de dos mil 454 buzos por día, es decir más del doble, concentrado en 15 arrecifes, precisa Blanca Alicia Quiroga García, como Paraíso, Palancar, Cedral, San Francisco, Santa Rosa, Punta Francesa, Dalila, Yucab, Colombia, Tunich Cardona, Chankanaab, Tormentos, Cielo y Dzul Ha. El “Top”, por así llamarlo, de arrecifes coralinos, se concentra en Palancar.

La cantidad de embarcaciones asciende a 244, que distribuyen a diario a los turistas que permanecen en la isla, tanto en pernocta o arribo vía crucero.

Como parte de esta problemática se adhiere la entrada de pescadores furtivos, cuya permanencia en los sitios de coral, representan un riesgo latente en la zona de corales, particularmente por la captura de especies protegidas, mermando la cadena alimenticia, y los daños generados por su presencia y actividad ilícita.

“Por otro lado, las actividades humanas también suelen tener un efecto negativo en las comunidades coralinas; la principal problemática que enfrentan es la carga turística y las malas prácticas turísticas. Cada año Cozumel es visitado por miles de turistas, lo que genera una mayor probabilidad de impactos en los sitios más visitados. Adicionalmente, algo que no hemos podido cuantificar es el nivel de influencia de las aguas residuales en los arrecifes, sin embargo, es evidente en temporada de lluvias, la gran cantidad de desechos que van (incluso sin tratamiento) directamente al mar”, destaca Hernández Moreno por su parte.


Estudios y soluciones

Desde 1980, destacan Luis Carlos Santander Botello de la Universidad de Quintana Roo y Enrique Propin Frejomil, de la Universidad Nacional Autónoma de México – Cuadernos de Turismo, 2009 -, se conoció la fragilidad de estos organismos, “y las valoraciones sobre el estado que guardan empezaron a ser publicadas al final de esa década, dando origen a la serie Coral Reefs of the World, y a partir de 1992, se iniciaron los reportes regulares y coyunturales de Status of Coral Reefs of the World; de igual manera, aparecieron otros importantes esfuerzos científicos tales como Reefs at Risk y Reef Check entre otros”, se precisa en la publicación.

De manera oficial, la protección de los arrecifes coralinos con sus distintas variedades de corales, están protegidos bajo la NOM-059-SEMARNAT-2010.

El estado de los arrecifes coralinos en Cozumel, es de los mejores en todo el mundo, esto pese a la sobre explotación de los mismos mediante la actividad turística diaria registrada en la isla y que guarda, mediante la concientización directa del cuidado, protección y conservación, un reiterado apego a las buenas prácticas, aunque no del cien por ciento, sí de la mayoría.

Cristopher González Baca, en una entrevista reciente para FusiónQ, destacó un programa para dar el valor real, a nivel de prestación de los servicios turísticos, y en materia económica de los arrecifes coralinos, es decir, que se le pondrá un precio por su existencia y su uso.

Esto, activará una importante toma de conciencia para determinar qué tan importante es el sitio para quienes lo explotan y sobre todo, despertar un mayor cuidado de los recursos, y la gravedad de sus problemáticas.

Hernández Moreno estima que hay soluciones a los daños actuales del coral, “las acciones de conservación y manejo de la CONANP en los arrecifes se hacen con el fin de poder heredar a las siguientes generaciones condiciones ambientales similares a las que nos ha tocado conocer. Si bien las autoridades en materia de conservación tienen acciones dirigidas y limitadas a programas Nacionales, la creación de conciencia en la población local es fundamental para entender que gran parte del cambio radica en cada uno de nosotros” indicó.

La toma de conciencia involucra a todos, tanto ciudadanos, como de los prestadores de servicios turísticos y de los mismos turistas, involucrando a los intermediarios, guías de buceo por citar algunos, con la capacitación de la misma CONANP e informar a todos de la importancia de la conservación.

El futuro del coral

Los expertos señalan que el crecimiento del coral es lento, apenas de dos a tres centímetros por año. Al conocimiento de esto, se logra conseguir la fórmula para equiparar el daño por su crecimiento y recuperación.

La continuidad a presiones naturales, humanas y de los mismos organismos dentro de este ecosistema marino, su coexistencia, genera la reducción en la cobertura de sus necesidades primarias para su existencia, tales como espacio, luz, nutrientes y captación de los elementos para basificar su expansión.

“El futuro de los corales debe enfocarse principalmente en la conservación; a través de la reducción de los impactos o en su defecto, en la restauración coralina, dadas las múltiples funciones de los arrecifes. Tenemos casos de éxito en este sentido, por lo que se deben planificar las estrategias y acciones de restauración” acotó Luis Gerardo Hernández Moreno.

Proyectos alternos

Existen alternativas al rescate de zonas coralinas impactadas de manera crítica, al grado de ser muy evidente el deterioro de los corales, como el caso de la zona de Villa Blanca.

En este sitio, en el 2008, se proyectó la creación de un área de Reef Ball, proyecto por el que se colocaron estructuras especiales en concreto, fibra de vidrio y otros materiales amigables con el medio ambiente, que han servido para la proliferación de algunas especies de coral, y el nuevo hábitat de peces, algas y otros como el caballito de mar.

Similares a las instaladas en Cancún, las estructuras Reef Ball, fueron colocadas en distintos tamaños en una zona de 400 metros de largo y 150 metros de fondo, cercanos a la costa, constituyendo un rectángulo de al menos 60 mil metros cuadrados adonde acuden cientos de turistas para la práctica de snorkel y buceo.

Estos proyectos generan alternativas causando una reducción de turistas al PNAC, una disminución en el impacto generado y la generación de nuevas áreas que en algún momento fueron declaradas como perdidas.

Conclusión

Como en toda situación donde se involucran recursos naturales para el disfrute y actividad humana, el coral de Cozumel, al igual que el de otros sitios, puede ser conservado, además de protegido, al marcar una concientización real de los usuarios.

La vigilancia de las autoridades debe ser mayor y con la aplicación penas más graves para los depredadores de estas zonas, o para quienes dañen de manera intencional estos sitios, donde como se ha establecido ya, existe un mundo único con belleza especial y natural.

El riesgo de perder definitivamente estas áreas es latente, haciendo recuento de las problemáticas que enfrentan, además de otras como los desarrollos turísticos con intenciones de construir, y cuya ejecución, según expertos en el tema, sería de alto impacto.

Queda en manos de las autoridades en todos los niveles el que exista una verdadera protección, se estime la valía para el gobierno y los desarrolladores turísticos, la ecuación intereses y desarrollo, más impacto y costo ecológico.

Para quienes trabajan en el estudio, cuidado y conservación de los arrecifes coralinos de la isla y otros puntos del orbe, el compromiso debe ser de todos, y será a medida de la divulgación del estado real de estos ecosistemas marinos, el lograr al fin su permanencia para el futuro de la humanidad y de sitios como Cozumel.

Publicado en FusiónQ, abril de 2016.

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