Zopilotes, un mal necesario con factor de riesgo




Su presencia genera riesgo dentro del área del Aeropuerto Internacional de Cozumel

Por Víctor Manuel Hernández Luna

El Zopilote Común (Coragyps atratus), descrito por la Comisión Nacional para el uso y conocimiento de la Biodiversidad (CONABIO), como un ave carroñera, que se alimenta de huevos y animales pequeños, de preferencia recién nacidos, mientras que en sitios habitados por el hombre, de los desechos en basureros y animales muertos abandonados, es un mal necesario para eliminar amenazas de salud hacia los humanos.

El ave, se puntualiza, encuentra el alimento usando su vista aguda, algunos, mientras que otros, que poseen olfato, lo ubican de esta manera. Carece de siringe, lo que le impide graznar o emitir algún sonido similar al de otras aves, aunque los gruñidos y siseos de baja frecuencia son parte de su medio de comunicación.

“Pone sus huevos en cuevas, árboles huecos, o simplemente en el suelo. Generalmente tiene 2 crías al año, que alimenta mediante la regurgitación”, señala la guía CONABIO.

Esta ave tiene una función importante dentro del ecosistema donde se encuentre, que, para el caso de Cozumel, coadyuva en la limpieza de focos de infección ocasionados por los cuerpos putrefactos de animales localizados en las áreas selváticas y cercanas a la ciudad.

El Zopilote Común, está incluido dentro de un listado de aves en protección, situación que impide su caza para reducir su población ampliamente activa, con tendencia a crear una problemática seria.

Desde hace varios años, la presencia de zopilotes en la periferia del Aeropuerto Internacional de Cozumel, ha sido cada vez más frecuente, creciendo el riesgo de ocasionar un accidente lamentable, y que a la fecha únicamente han sido llamados de atención para buscar soluciones.

De acuerdo al comandante del aeropuerto, Rolando Tovar Leal, los zopilotes han sido causantes de incidentes con aeronaves, desde el choque contra las cabinas

de pilotos, alas de avioneta, fuselaje o incluso en las turbinas de aviones comerciales.

Registros señalan que tan solo en el 2010 se tuvo un percance que mantuvo un avión de Frontier, con 140 pasajeros, detenido en la pista del aeropuerto a la espera de los mecánicos para repararlo, esto luego de haber sido impactado al despegar en una turbina por un zopilote.

En 2011 se dieron dos percances más con dos aviones de la Fuerza Aérea, así como una avioneta Cessna con impacto en las alas, precisamente al momento de iniciar su vuelo.

Aunque se desconocen pormenores, se informó que en el 2012 también un aeronave con 160 pasajeros, tuvo que retomar pista luego de haber tenido problemas por la presencia de un zopilote. Como en los casos anteriores no hubo lesionados.

Sin precisar el número de incidentes, desde el 2013 se han registrado varios sin que estos sean graves, salvó algunas abolladuras en las alas de avionetas y que obligaron a los pilotos a descender para reparaciones.

Ante este panorama, las autoridades aeroportuarias tomaron la decisión desde el 2012 de contratar una empresa de cetrería para ahuyentar a las aves merodeadoras al cono de aproximación aérea.

La medida ha funcionado en cierta medida, salvo el hecho de que los zopilotes, cuyo tamaño representan el mayor riesgo para los aviones, han ido en aumento en la zona, principalmente por la presencia de basureros clandestinos en al menos cuatro predios identificados, tres de propietarios particulares y uno del IPAE.

Rafael Chacón Díaz, subdirector de ecología y medio ambiente del Ayuntamiento de Cozumel, refirió que la presencia de basura, tanto doméstica como el arrojar cuerpos de animales en la zona, es lo que provoca la proliferación de las aves, cuyo estatus de aves protegidas, impide eliminarlos.

En recientes fechas se tuvo una reunión con los involucrados en esta problemática a fin de lograr una solución y erradicar cualquier riesgo para el actual y constante tráfico aéreo.

La esperanza está puesta en la limpieza de los predios, el lograr reducir el índice de aves de rapiña, comentó la Directora de Desarrollo Urbano, Ecología y Medio Ambiente, Melissa Angulo Gámez, quien precisó, se realizaría una limpieza masiva de los sitios.

“Se presume que los ciudadanos responsables de esta contaminación, llevan a cabo estas acciones en la noche, haciendo necesaria la iluminación del lugar, así como la solicitud a Seguridad Pública, de un policía las 24 horas del día en el área”, comentó a FusiónQ la funcionaria.

Así, quienes en un futuro sean vistos en flagrancia, arrojando basura y desperdicios, serían sancionados económicamente, arrestados e incluso hasta presionados a realizar trabajo social en sitios donde se hayan detectado basureros clandestinos.

Mientras tanto, la problemática se acentúa y el riesgo es latente, esto al ubicar a poco más de 50 aves de gran tamaño sobrevolando el aeropuerto, manteniendo el riesgo de un accidente.

A la fecha las acciones fueron breves, al levantar una parte de basura, colocando un letrero restrictivo, no obstante que inmediatamente se depositó entre la maleza el cuerpo de un perro que ha servido como alimento a los carroñeros.

Publicado en FusiónQ, julio del 2016.

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