Religión en Cozumel, desde el repoblamiento hasta 1948





Por Víctor Manuel Hernández Luna para Historias y Comentarios de Cozumel

En 1848 arribaron a Cozumel decenas de familias (51 con 86 sirvientes, destacan autores sobre la historia de la isla), que huyeron de varios puntos de la Península de Yucatán de la Guerra de Castas. Con ellos, llegaron también muchas de las costumbres peninsulares, y el cimiento para el desarrollo de Cozumel.

El presente artículo se enfoca particularmente al aspecto religioso desde el repoblamiento 1948. Se plantea el desarrollo de la religión católica en la isla, la predominante durante esa época, considerando la llegada de la religión adventista que también estuvo ligada a personajes de renombre dentro de la historia de Cozumel.

Se limita también al pueblo de San Miguel de Cozumel, para establecer un espacio, sin dejar de ofrecer la importancia del poblado de El Cedral, con sus tradicionales fiestas en honor a la Santa Cruz, cuyo tema por arraigo y antigüedad, como razgo cultural y de idiosincracia, debe ser parte de un artículo especial.

Al principio del repoblamiento, Cozumel contaba con un sacerdote. Era el cura de Chemax quien llegó en el primer viaje, Doroteo Rejón quien debió encargarse del ámbito religioso en los primeros días de los recién llegados.

De acuerdo a Velio Vivas Valdés, en su libro “Travesía por la Historia de Cozumel” (Ayuntamiento de Cozumel 2008), destaca que en la organización de los primeros residentes en la isla, se establecieron en lo que ahora es la quinta y décima avenida, esto con la finalidad de evitar llamar la atención de los mayas rebeldes de la costa continental.

Con el repoblamiento vino también la organización, destinando terrenos para la construcción de una escuela, el sitio para albergar la representación de gobierno y una iglesia. Elementos base en ese entonces para la construcción de la nueva sociedad.

Fue el cura, Doroteo Rejón, como menciona nuevamente Velio Vivas, quien trazó incluso los primeros indicios de la plaza, hoy conocida como el parque Benito Juárez, además de ser quien haya levantado el primer padrón poblacional de este nuevo pueblo, acorde a lo descrito por Michel Antochiw, en “Cozumel, padrones y repoblamiento” (Fundación de Parques y Museos de Cozumel, 1998), esto al ser el cura quien firma al calce del censo.

Un año después del repoblamiento, en 1849, el gobernador de Yucatán, Miguel Barbachano dicta el decreto del 21 de noviembre, en el que se erige el pueblo de San Miguel de Cozumel, y por el que se establece en el artículo 10 que “para la administración espiritual de aquella isla, nombrará el R. Obispo un ecleseástico, a quien por convenio recompensaron sus habitantes, a reserva de tener un párroco propio…” cargo que pudo estar en manos del cura Rejón.

Hasta 1865, describe Velio Vivas, el presbítero Rejón, trató de comprar una finca, sin tener noticias posteriores a ese intento, así como de la construcción de la iglesia cuya ubicación, tal y como se determinaba en la época, quedaba frente a la plaza, actualmente en el terreno frente al reloj público.

A decir del cronista vitalicio de Cozumel, Veudi Vivas Valdés, después de la falta de noticias del cura llegado con los repobladores, el tema de la religión, incluso para la impartición de los sacramentos católicos, debió estar a cargo de sacerdotes que en viajes costeros o de misiones, se acercaron a la isla para cumplir con los deberes católicos.

De esta manera podrían haberse cumplido con los bautizos y bodas, mientras que en la ausencia, los habitantes del nuevo pueblo se conformarían únicamente con el asentamiento legal con base a lo dictado por la autoridad gubernamental.

En mención dentro de “Travesías por la Historia de Cozumel” (Vivas: 2008), se cita un folleto publicitario de C. L. Goodrich, de origen norteamericano, quien describe en parte la vida social de los cozumeleños en la década de los 70’s en el siglo XIX: “Los amores son siempre en presencia de los padres; sin embargo, los jóvenes bailan juntos y no están bajo tan rígida vigilancia para ir y volver a la iglesia, a los bailes o cualquier reunión pública”. Con esta descripción se confirma la existencia de una iglesia.

El centro de culto católico vuelve a ser confirmado en el libro “Cozumel. Vida porteña, 1920”, de Martín Ramos Díaz (UQROO-FPMC, 1999), donde se reproduce parte de un Expediente de Tierras Nacionales de 1906 donde se dan algunas características de San Miguel de Cozumel:

“En el expediente se puede verificar que al sur, del lado derecho del parque se localizan dos propiedades particulares, la de Juan Varón, la de Félix Bonastre y la escuela primaria número 7. Al norte, del lado izquierdo del parque está la casa de Coldwell, una tienda de Rivero Coldwell y una casa en construcción; en esta misma cuadra está la casa de Cripriano Martín. Frente al parque, la casa municipal, la iglesia, un cuartel en construcción y una tienda de G. Aguilar…” (op.cit. Pág. 16 y 17).

Fue esa iglesia la que en 1915, comenta el cronista Veudi Vivas, fue mandada quemar por el coronel Isaías Zamarripa, quien arribó ese año a Cozumel y quien de manera violenta desocupó la iglesia convirtiéndola en establo y mandó fusilar a los santos, para posteriormente marcharse, no sin antes prender fuego al templo de culto católico.

Nuevamente los cozumeleños carecieron de una iglesia como tal, siguiendo con la misma dinámica de tener sacerdotes en viajes, pues se sabe, pese a existir un templo, no se tenía un párroco de fijo.

Así lo confirma Alfredo César Dachary y Stella M. Arnaiz B. en “Cozumel, los años de espera” (Fundación de Parques y Museos de Cozumel, 1998), al mencionar que en 1909, “el obispo de Yucatán realizó una visita pastoral a Isla Mujeres y Cozumel, un hecho sin precedentes dada la falta de sarcerdotes en las islas, aunque el catolicismo era el común denominador de toda la sociedad isleña”.

El cronista de Cozumel, destaca que para los años 20, entra a Cozumel la religión adventista, que para la segunda mitad de la década siguiente, plantea un crecimiento en tanto sus fieles, dado que anteriormente el 99 por ciento de la comunidad cozumeleña estaba principalmente al catolicismo.

Un video en la plataforma de Youtube, creado por la Iglesia Adventista del Séptimo Día, destaca a través de una entrevista con una de sus más antiguas seguidoras, Fabiana Díaz Chulim, que en 1936 ya se tenía la celebración de bautizos en la fe adventista, realizados en la playa de Chankanaab.




Carecían de templo de culto, igual que los seguidores católicos, que seguían siendo mayoría. Y es que en Quintana Roo, el 29 de marzo de 1935, a la entrada al gobierno de Rafael. E. Melgar (1935-1940), se firmó un acuerdo que prohibía la estadía de sacerdotes y la construcción de templos de la religión católica, destacan Alfredo César Dachary y Stella M. Arnaiz B. en “El Caribe Mexicano, una frontera olvidada” (UQROO-FPMC, 1998).

En 1943, se menciona en “Cozumel, los años de Espera”, de los mismos autores, llegaron a la isla los primeros misioneros católicos de Maryknoll, quienes comenzaron a construir el templo de San Miguel de Cozumel.

“Los misioneros de Maryknoll, Genaro Greene y Juan P. Loamsey reciben el encargo de la parroquia de San Miguel en 1943 al ser nombrados por el Vicario capitular Manuel Loria R., para los cargos de Vicario Ecónomo y Vicario cooperador respectivamente, según los documentos existentes en la propia iglesia”, (Pág. 133).

Más adelante se hace una relatoría de los cambios entre los misioneros, sin dejar atrás la idea de construir el templo católico, iniciando su construcción el 10 de octubre de 1945, bendecida la primera piedra el 12 de octubre del mismo año por el arzobispo de Yucatán.

Un oficio fechado el 22 de marzo de 1945 en la ciudad de Chetumal, firmado por el secretario general de gobierno, Gabriel Amezcua, dirigido al subdirector de Estadística, Roberto Parra Gómez, en oficio número III-09946-Exp.30/380(725.3)-1 de fecha 15 del mismo mes y año, comunica “por acuerdo del C. Gobernador del Territorio, que en esta Entidad existen templos católicos y en ellos se celebran matrimonios y bautizos, en esta ciudad (Chetumal), Cozumel y F. Carrillo Puerto”.

Este oficio, localizado en el Archivo General del Estado de Quintana Roo, muestra que existe un templo o sitio para el culto católico, dos años antes de terminar la construcción de la iglesia de San Miguel, por tanto, ¿Dónde estaba situado?, si el único intento previo al esfuerzo de los misioneros Maryknoll, era el del padre Jesús Gallardo, a una cuadra de donde actualmente es la iglesia de San Miguel y que no se pudo avanzar en su construcción.

La respuesta fue hallada en el oficio de la Secretaría de la Economía Nacional número desde la Dirección General de Estadística de Coordinación, oficina de recolección de correspondencia, fechado el 15 de marzo de 1945 con número III 09946, expediente 30/380(725.3)/-1 (similar al anterior por tratarse del mismo expediente y referencia- nota del autor), en la ciudad de México, dirigido al Secretario General de Gobierno del Territorio de Quintana Roo, informando lo que el Presbítero George E. Hogan, radicado en la Isla de Cozumel, “en escrito del 20 de febrero próximo pasado, dice a esta Dirección General… don Doctor Fernando Ruíz Solórzano, el Arzobispo de Yucatán, ha tenido a bien nombrarme párroco de la Parroquía de San Miguel Arcángel…”.

En el mismo oficio despeja la duda del templo al que se refiere, pues se trata de un oficio con siete meses de anticipación a la colocación de la primera piedra de la actual iglesia, y comenta precisamente que “está ubicada en el municipio de Cozumel de la Entidad Federativa de Quintana Roo y tiene un templo de la calle 12 de esta población. El templo, o mejor dicho, la casa que se usa como templo, se llama el templo de San Miguel Arcángel”.

Es decir que a la llegada de los misioneros y ante la falta de un edificio físico como iglesia, optaron por realizar el culto en una casa prestada, sin que se sepa, hasta el momento, a quién pertenecía, y el tiempo de duración en funciones, salvo el hecho de especular haya sido de 1943 hasta la construcción total de la actual iglesia en 1947.

Para 1947, la iglesia de San Miguel Arcángel, localizada en la avenida Benito Juárez, esquina con la décima avenida, fue inaugurada, construida en un terreno anteriormente propiedad de Salomé Martínez viuda de García y adquirido a nombre de Pablo Aguilar, dado que los misioneros eran extranjeros, precisan Alfredo César Dachary y Stella M. Arnaiz B.

Finalmente, en 1948, el 18 de diciembre, se construyó la primera iglesia adventista en Cozumel, ubicada, todavía, en la décima avenida entre calles 3 y 5 sur en la zona centro.



Bibliografía:

Antochiw, Michel, “Cozumel, padrones y repoblamiento”. Fundación de Parques y Museos de Cozumel. 1998.

Antochiw, Michel y Alfredo César Dachary. “Historia de Cozumel”. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. 1991.

César Dachary, Alfredo y Stella M. Arnaiz B., “Cozumel, los años de espera”, Fundación de Parques y Museos de Cozumel. 1998.

César Dachary, Alfredo y Stella M. Arnaiz B., “El Caribe Mexicano, una frontera olvidada”, Universidad de Quintana Roo – Fundación de Parques y Museos de Cozumel. 1998.

Ramos Díaz, Martín, “Cozumel. Vida porteña, 1920”. Universidad de Quintana Roo, CONACYT, Fundación de Parques y Museos de Cozumel. 1999.

Vivas Valdés, Velio. “Travesía por la historia de Cozumel”, Breve monografía histórica. Ayuntamiento de Cozumel. 2008.

Entrevistas:

Veudi Vivas Valdez, Cronista vitalicio de Cozumel, a quien le agarezco la información y guía brindada.

Fuente digital:

Historia del Adventismo en Cozumel. Video publicado en la plataforma de Youtube el 26 de abril de 2020. Consultado el 2 de marzo de 2021 a las 13:30 horas.


Archivos:

AGQR. Archivo General de Quintana Roo (Chetumal, Quintana Roo)

Consultados en junio de 2006, sin clasificar en ese momento.

Fotografía aportada por el historiador Luis Fernando Peraza Tun. La imagen muestra la iglesia que Zamarripa quemó en 1915.

Fotografías de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, extraída en captura de pantalla del video publicado en Youtube

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